Un año de elecciones con sorpresas.No eran muchos los que pensaban que Binner podría presentarse como candidato a presidente,decisión acelerada por el acuerdo que Raúl Alfonsín firmara con De Narváez quien dijo que el progresismo es cuando la gente progresa.Lamentable es que Alfonsín apueste a la centro derecha con un personaje que sólo puede existir como producto de marketing y porque es dueño de un canal de televisión.
Desde el congreso socialista que proclamó la fórmula Binner-Morandini el escenario político es otro.En un momento en que la sociedad le perdió el miedo a la "izquierda" dicha fórmula representa junto a la Coalición Cívica las opciones de centro izquierda que ,tal vez, capitalicen el descontento de la clase media ante la corrupción,el autoritarismo,además,de cierto radicalismo descontento con el viraje a la centro derecha de Alfonsín.
Binner supo siempre construir poder y como nunca es el único candidato capaz de atraer a peronistas,radicales y a sectores de izquierda e independientes.Con compromiso de transparencia y de inclusión social tiene en su haber gestiones cumplidas a nivel municipal y provincial.Con su presencia el escenario de segunda vuelta es más que probable y su mayor desafío es que lo conozcan a nivel nacional cosa que tal vez se vea favorecida por el interés de las corporaciones mediáticas en tener a un moderado,respetuoso de las instituciones, más que a un peronista K que presiona con sus negociados.
Por otro lado Moyano presiona y quiere garantía de impunidad con fueros legislativos,es un capítulo que no se sabe cómo resolverá la Presidenta además de la inflación cuyos números se crean según las conveniencias y que ,rara paradoja para una progresista, el costo lo pagan los más humildes con el aumento de los alimentos.De qué progresismo habla la Presidenta dando fondos sin control a las Madres de Plaza de Mayo para poder partidizar la institución y armar un folclore setentista alrededor de su apellido y de las gestiones compartidas con su esposo.No hay progresismo si hay corrupción porque el costo de la misma la pagan los que menos tienen;no hay solidaridad ni equidad; y no hay progresismo si hay autoritarismo y manejo de los fondos coparticipables sólo para los amigos.
Es lamentable que la oposición esté fragmentada pero ,también lo es el amontonamiento de Alfonsín con De Narváez, cuyo costo político se verá reflejado en las elecciones donde muchos radicales buscarán otros candidatos,casi seguro que a Binner.A pesar de ello el gobernador santafesino es una sorpresa que apuesta fuerte,es un momento histórico, y puede atraer a los más diversos sectores,de allí lo interesante y ,tal vez, siga sorprendiendo.Quizás estamos en tiempos donde habría que redefinir qué es la Izquierda , qué es la Derecha o el punto medio cuando algunos partidos políticos aparecen difuminados en identidades volátiles,ante esto el reaseguro quizás lo constituyan las trayectorias de gestión y la coherencia en las alianzas.
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