No es tan lejano el año 2001 cuando se sucedían los presidentes después que el ex presidente Fernando De La Rúa se fuera en helicóptero espantado por los gritos que decían:"Que se vayan todos" y que no decían que "vengan los milicos" como en otras épocas porque era políticamente incorrecto en plena democracia,aunque que no resulta extraño escucharlo por lo bajo.
Las instituciones políticas quedaban deslegitimadas, las asambleas prometían más de lo que podían concretar.Mucha gente criticando pero en el fondo lo que dolía era la pérdida de los ahorros confiscados y la pérdida de la ilusión del paraíso de la convertibilidad menemista.Muchas pérdidas, entre ellas 39 vidas pero poco cambió a nivel institucional.
Un Duhalde devenido en el gran conciliador que decía que estábamos condenados al éxito salió eyectado por la muerte de Darío Santillán, elecciones anticipadas y una gran sorpresa:Menem salió primero con el 24 por ciento, no tan bajo porcentaje luego del"Que se vayan todos";luego vino el balotaje y un desconocido patagónico trajo el frío austral que terminó de congelar a las instituciones para que sólo se priorice "la caja".Del país federal sólo queda el recuerdo de los caudillos provinciales de antaño porque sería reemplazado por amigos y enemigos,para los amigos subsidios y obras, para los enemigos risotadas y picardía;a ver quien pega primero,cambalache y después...
Todo se recicla en un país donde las ideas se venden al mejor postor y las convicciones cotizan en la bolsa.A ello se sumó Cristina que fiel al matrimonio no disiente ni en las prácticas ni en la forma de liderazgo; nos ilustra sobre el país real y el país virtual, nos pide "honrar la deuda externa" -cuyos principales acreedores son argentinos- y está feliz por la felicidad del "mercado".Pero poco dice sobre honrar "la deuda social" que sigue aumentando gracias a su "PROYECTO" y que no disminuirá por el subsidio a la niñez que sólo es una gota en el mar.Mientras los mercados están felices se mueren de hambre los mismos de siempre: los pueblos originarios que siguen sometidos a un genocidio;los niños sin educación y sin futuro que pueblan las calles de las grandes urbes,los cartoneros que cada vez son más,la inflación que devalúa los salarios. Lo más trágico es que en los medios monopólicos los temas relacionados con la pobreza estructural sólo aparecen cuando la coyuntura política lo hace necesario.
La política de "mercado" estipula el precio de cada político que se vende,los intereses de las grandes corporaciones atraviesan el tejido institucional y no existen convicciones que no se modifiquen si la prebenda conviene.El que pega primero pega dos veces: la presidenta Cristina abrió el período de sesiones en el Congreso anunciando su nuevo decreto de necesidad y urgencia,y no pegó dos veces sino que seguirá pegando tantas veces como políticos pueda comprar dejando en evidencia la volatilidad partidaria y la fragmentación de una oposición demasiado preocupada en las próximas elecciones, por lo tanto, sometidos a intereses mezquinos y personales.
Todo se compra y todo se vende:no me gustan las generalizaciones pero parece que en este caso demuestra que la capacidad de asombro se pierde en un país donde perdemos la memoria y si en algún momento pedimos que se vayan ... los primeros sordos fuimos nosotros porque esos mismos siguieron obteniendo votos y se siguen vendiendo para beneficio propio y perjuicio nuestro.
Ganamos el Oscar por una película que habla sobre la memoria al igual que La historia oficial, ¿será que como padecemos de desmemoria estas películas se destacaron?,¿será que la fragilidad de las convicciones tiene que ver con la fragilidad de nuestra memoria?,¿será que el que se vende hoy lo hace con la tranquilidad de que nadie lo recordará mañana?,¿será que las instituciones seguirán en picada? o ¿será que terminaremos como el final del Secreto de sus ojos: con una cárcel domiciliaria porque la justicia no nos satisface como al personaje?,si es así ¿dónde queda nuestra conciencia social en todo ello?.No nos olvidemos que somos parte del problema.
Las instituciones políticas quedaban deslegitimadas, las asambleas prometían más de lo que podían concretar.Mucha gente criticando pero en el fondo lo que dolía era la pérdida de los ahorros confiscados y la pérdida de la ilusión del paraíso de la convertibilidad menemista.Muchas pérdidas, entre ellas 39 vidas pero poco cambió a nivel institucional.
Un Duhalde devenido en el gran conciliador que decía que estábamos condenados al éxito salió eyectado por la muerte de Darío Santillán, elecciones anticipadas y una gran sorpresa:Menem salió primero con el 24 por ciento, no tan bajo porcentaje luego del"Que se vayan todos";luego vino el balotaje y un desconocido patagónico trajo el frío austral que terminó de congelar a las instituciones para que sólo se priorice "la caja".Del país federal sólo queda el recuerdo de los caudillos provinciales de antaño porque sería reemplazado por amigos y enemigos,para los amigos subsidios y obras, para los enemigos risotadas y picardía;a ver quien pega primero,cambalache y después...
Todo se recicla en un país donde las ideas se venden al mejor postor y las convicciones cotizan en la bolsa.A ello se sumó Cristina que fiel al matrimonio no disiente ni en las prácticas ni en la forma de liderazgo; nos ilustra sobre el país real y el país virtual, nos pide "honrar la deuda externa" -cuyos principales acreedores son argentinos- y está feliz por la felicidad del "mercado".Pero poco dice sobre honrar "la deuda social" que sigue aumentando gracias a su "PROYECTO" y que no disminuirá por el subsidio a la niñez que sólo es una gota en el mar.Mientras los mercados están felices se mueren de hambre los mismos de siempre: los pueblos originarios que siguen sometidos a un genocidio;los niños sin educación y sin futuro que pueblan las calles de las grandes urbes,los cartoneros que cada vez son más,la inflación que devalúa los salarios. Lo más trágico es que en los medios monopólicos los temas relacionados con la pobreza estructural sólo aparecen cuando la coyuntura política lo hace necesario.
La política de "mercado" estipula el precio de cada político que se vende,los intereses de las grandes corporaciones atraviesan el tejido institucional y no existen convicciones que no se modifiquen si la prebenda conviene.El que pega primero pega dos veces: la presidenta Cristina abrió el período de sesiones en el Congreso anunciando su nuevo decreto de necesidad y urgencia,y no pegó dos veces sino que seguirá pegando tantas veces como políticos pueda comprar dejando en evidencia la volatilidad partidaria y la fragmentación de una oposición demasiado preocupada en las próximas elecciones, por lo tanto, sometidos a intereses mezquinos y personales.
Todo se compra y todo se vende:no me gustan las generalizaciones pero parece que en este caso demuestra que la capacidad de asombro se pierde en un país donde perdemos la memoria y si en algún momento pedimos que se vayan ... los primeros sordos fuimos nosotros porque esos mismos siguieron obteniendo votos y se siguen vendiendo para beneficio propio y perjuicio nuestro.
Ganamos el Oscar por una película que habla sobre la memoria al igual que La historia oficial, ¿será que como padecemos de desmemoria estas películas se destacaron?,¿será que la fragilidad de las convicciones tiene que ver con la fragilidad de nuestra memoria?,¿será que el que se vende hoy lo hace con la tranquilidad de que nadie lo recordará mañana?,¿será que las instituciones seguirán en picada? o ¿será que terminaremos como el final del Secreto de sus ojos: con una cárcel domiciliaria porque la justicia no nos satisface como al personaje?,si es así ¿dónde queda nuestra conciencia social en todo ello?.No nos olvidemos que somos parte del problema.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario