viernes, septiembre 17, 2010

Gabriel Arango apuesta a la memoria

"Que no daría yo, por empezar de nuevo,
a pasear por la arena de esa playa blanca.


Que no daría yo, por escuchar de nuevo
esa niña que llega tarde a casa.


Y escuchar ese grito de mi madre
pregonando mi nombre en la ventana..." dice la canción en la obra "Lo que deja viento ".


¿Cuántas veces deseamos volver atrás cuando los recuerdos de la infancia,las voces,los olores, nos llaman para recordarnos que estuvimos ahí o quiénes fuimos?.
¿Cuántas veces preferimos no pensar demasiado... no pensar,dejarnos pasar, con andar liviano?.
¿Cuántas veces decidimos despojarnos de los recuerdos como si fueran de otros?
¿Cuánto hay de generaciones pasadas en nosotros,de nuestro país o del andar errante?,esta obra moviliza recreando el tiempo casi como ilusión,una abstracción palpable en los recuerdos que construyen la esencia de lo que somos y lo que fuimos.

Memoria e identidad confluyen al ritmo del flamenco de la mano de Gabriel Arango quien plantea en su obra "Lo que deja el viento",que la memoria es un don y negarse a ella un fracaso.Con la canción "Que no daría yo" ,de algún modo piensa a la memoria como a la madre que nos pare, ¿será porque somos nuestros recuerdos,y si ,decidimos olvidar,seremos nuestro olvido?,cada quien hace su elección.

"Alguna vez escribí mi historia fugazmente",dice cantando uno de los personajes,¿acaso tener una existencia fugaz no es la condena de todo ser humano ?,cuando la muerte nos llame necesitaremos  del recuerdo de otros para permanecer.Aparece el viento como amenaza de fugacidad que arrasa pero que no puede detruir la esencia porque la memoria perdura.

Arango interpela todo el tiempo al espectador,por medio de la danza flamenca,la nostalgia del tango,sombras y luces,juego de espejos,ese otro que  mira y donde  se refleja."La memoria es un espejo de agua",dice.Y en ese espejo fluyen antepasados de inmigrantes,la búsqueda incesante por descubrir el sentido de la existencia.Sugiere muchas preguntas y las responde con la excelencia de la puesta en escena y el despliegue apasionado del baile flamenco junto a Carolina Catalán Carabia, y Gustavo Friedenberg.Transmite el vértigo de la búsqueda pero también la alegría de saberse hijo de su memoria.Poesía en movimiento.

Al finalizar la obra el elenco dio la "Fiesta" como regalo para los presentes,la danza flamenca  dejó a todos fascinados.Esta obra conmueve,emociona y te cuestiona con la pasión del ritmo flamenco,género que en sus orígenes,también, se sabe de muchas tierras.Excelente su paso por Rosario!


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