El profesor inglés Edwin Williamson es el autor de la primera biografía de J.L. Borges, en idioma extranjero.La misma está basada en fuentes inéditas y abarca toda la vida de Borges, desde la familia, sus amigos,hasta su trabajo y sus amores.En el siguiente fragmento el autor cuenta sobre el amor imposible de Borges , la escritora Estela Canto a quien conoció en una fiesta que dieron Bioy y Silvina Ocampo:
Una noche de agosto de 1944, le presentaron a Borges a la joven Estela Canto, en una fiesta que daban Bioy Casares y Silvina Ocampo. Delgada, morena y bonita, Estela tenía ojos penetrantes y una sonrisa irónica que le daba un aspecto de fiera inteligencia, que conservaría en la vejez. A los veintiocho, era dieciocho años menor que Borges, y se había apartado del camino convencional de la mujer argentina al decidir no casarse y seguir en cambio una carrera en el periodismo y la edición. Ahora se estaba haciendo un nombre como escritora, y Sur le había aceptado dos de sus cuentos hacía poco. Su hermano Patricio, escritor ubicado en los bordes del grupo Sur, se la había presentado a Silvina Ocampo, y Estela pronto se convirtió en una invitada regular a las soirées literarias de los Bioy.
Su primer encuentro con Borges fue poco prometedor: había leído La muerte y la brújula en Sur, cuento que la había impactado, pero quedó decepcionada por el aspecto de su autor; aunque le habían dicho que no era muy apuesto, era peor de lo esperado: regordete, bastante alto, con un rostro pálido y mofletudo y pies bastante pequeños. Después de darle la mano con aire ausente, Borges se ocupó muy poco de ella, falta de atención que irritó a Estela, porque en aquellos días daba por sentado que los hombres la encontraban atractiva. Era, de hecho, una mujer con amplia experiencia sexual: había tenido relaciones con escritores pero prefería los hombres de acción, y cuando conoció a Borges, tenía una relación con un inglés, “un espía británico que se desplazaba continuamente por la Argentina y por Brasil”.
Su primer encuentro con Borges fue poco prometedor: había leído La muerte y la brújula en Sur, cuento que la había impactado, pero quedó decepcionada por el aspecto de su autor; aunque le habían dicho que no era muy apuesto, era peor de lo esperado: regordete, bastante alto, con un rostro pálido y mofletudo y pies bastante pequeños. Después de darle la mano con aire ausente, Borges se ocupó muy poco de ella, falta de atención que irritó a Estela, porque en aquellos días daba por sentado que los hombres la encontraban atractiva. Era, de hecho, una mujer con amplia experiencia sexual: había tenido relaciones con escritores pero prefería los hombres de acción, y cuando conoció a Borges, tenía una relación con un inglés, “un espía británico que se desplazaba continuamente por la Argentina y por Brasil”.
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Fuente:Perfil.com
2 comentarios:
Leí el libro (voluminoso por cierto). Pero Perfil exhibe y destila miopía (intelectual). Estela Canto es uno de sus amores (Borges fatalmente aclara más de una vez que vive enamorado, tanto que Silvina Bullrich lo cataloga de "corazón de alcachofa"), pero según ese libro el gran amor de Borges es Norah Lange, cuyo esposo fue Oliverio Girondo... Quien presentó a Norah fue precisamente J.L. Borges.
Sospecho que J.L.B. desde el más allá debe estar riéndose de todos, incluyéndome...
Darío,
gracias por la info! espero que vuelvas por aquí...
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