En el año 1984 el periodista Hugo Paredero entrevistó a 150 niños -entre 5 y 12 años- de todo el país, de diferentes clases sociales y niveles de educación.El trabajo fue realizado en dicho año con el objetivo de registrar la percepción de ese tiempo reciente, a través de preguntas genéricas, sobre la dictadura militar.
El libro tuvo sus dificultades para ver la luz ya que los editores no se decidían a publicarlo,"las heridas del país estaban muy frescas",decían .Pero el azar hizo lo suyo cuando los hermanos Octavio y Leopoldo Kulesz, filósofo y matemático respectivamente, además de editores, escucharon en la radio la voz de un periodista que le resultaba familiar.Era el mismo que entrevistara a uno de ellos, el otro superaba las edades estipuladas para la muestra,y el recuerdo de aquello generó el encuentro que terminó en la publicación del libro , bajo el nombre "Cómo es un recuerdo",en mayo del año 2007.
Esas pequeñas voces están guardadas en este libro dando testimonio sobre un tiempo que, se les tornaba oscuro y confuso, pero ello no impidió que dieran su visión desde la inocencia, la ternura y la sabiduría que envuelve a la niñez.De este modo testimoniaron desmitificando lo que asiduamente decimos los adultos "es chico, no entiende".A través de sus palabras, que sorprenden permanentemente y que otras veces,hacen esbozar una sonrisa,opinaron sobre los temas emblemáticos del proceso militar:el Golpe militar (24/03/1976),la Guerra de Malvinas,los desaparecidos,las Madres de Plaza de Mayo,la televisión,las ollas populares,la escuela,el regreso a la democracia en 1983,entre otros.
Algunas de sus opiniones demuestran cómo contaron la historia no oficial, la historia desde la mirada infantil:
Pero el libro es sólo un comienzo ya que tendrá su continuación en un documental, donde Hugo Paredero piensa confrontar a aquellos niños con los adultos de hoy, pasado y presente se unirán tejiendo la historia.
Al leerlo,vinieron a mi memoria los recuerdos de infancia, transcurrida en Cruz Alta,un pequeño pueblo cordobés.Me acuerdo de mi padre comentando en voz más baja a mi mamá, mientras cenábamos, que habían encontrado varios cadáveres en la tranquera de un campo próximo.Si bien era un pueblo tranquilo se sabía,también, que a los sindicalistas los llevaban detenidos a la comisaría, los tenían unos días, y luego los liberaban.Creo que era como un adoctrinamiento de obediencia o una advertencia para el resto.
Tenía diez años cuando festejamos el Mundial de fútbol de 1978, tengo presente haber acompañado a mi papá hasta la plaza del pueblo donde se festejó el desembarco argentino en las Islas Malvinas, así como el triunfo de Alfonsín y con él, el regreso de la democracia.Muchos ecos quedaron grabados en las diferentes plazas argentinas, muchos de ellos contradictorios como nuestra misma historia.
El libro tuvo sus dificultades para ver la luz ya que los editores no se decidían a publicarlo,"las heridas del país estaban muy frescas",decían .Pero el azar hizo lo suyo cuando los hermanos Octavio y Leopoldo Kulesz, filósofo y matemático respectivamente, además de editores, escucharon en la radio la voz de un periodista que le resultaba familiar.Era el mismo que entrevistara a uno de ellos, el otro superaba las edades estipuladas para la muestra,y el recuerdo de aquello generó el encuentro que terminó en la publicación del libro , bajo el nombre "Cómo es un recuerdo",en mayo del año 2007.
Esas pequeñas voces están guardadas en este libro dando testimonio sobre un tiempo que, se les tornaba oscuro y confuso, pero ello no impidió que dieran su visión desde la inocencia, la ternura y la sabiduría que envuelve a la niñez.De este modo testimoniaron desmitificando lo que asiduamente decimos los adultos "es chico, no entiende".A través de sus palabras, que sorprenden permanentemente y que otras veces,hacen esbozar una sonrisa,opinaron sobre los temas emblemáticos del proceso militar:el Golpe militar (24/03/1976),la Guerra de Malvinas,los desaparecidos,las Madres de Plaza de Mayo,la televisión,las ollas populares,la escuela,el regreso a la democracia en 1983,entre otros.
Algunas de sus opiniones demuestran cómo contaron la historia no oficial, la historia desde la mirada infantil:
"Eduardo Mateo Crespo (11):Mientras la gente se distraía, los de Falcon verdes iban a las casas de los que tenían sospecha que eran subversivos,se los llevaban y los asesinaban.Y mientras,ahh todos muy contentos viendo el Mundial,y había gente que la estaban torturando o fusilando.También mataban a la gente que no era subversiva pero demostraba de alguna manera que no pensaban igual que ellos."
"María Mora Salvático (12):La gente decía "Pobres chicos", pero igual seguía gritando "Viva Galtieri! Viva Costa Méndez!",la gente también es estúpida,porque los engañaron como a chicos.A mí me pueden engañar,pero a gente grande cómo la van a engañar.Me pareciómuy cruel,desastroso."
Ingrid Lorena Berman (12):Un hijo llamó a la madre y le comentó que si podía llevar a un amigo a la casa.Y la madre:"Bueno, traelo","Pero ojo,mami, no tiene brazos ni piernas".Entonces la madre dice:"No me lo traigas".Entonces el chico se mató,porque era él.Había venido así de Malvinas.(En el primer aniversario de la Guerra de Malvinas, Gabriel García Márquez publicó un artículo contando la misma anécdota sobre el suicidio del soldado)
Pero el libro es sólo un comienzo ya que tendrá su continuación en un documental, donde Hugo Paredero piensa confrontar a aquellos niños con los adultos de hoy, pasado y presente se unirán tejiendo la historia.
Al leerlo,vinieron a mi memoria los recuerdos de infancia, transcurrida en Cruz Alta,un pequeño pueblo cordobés.Me acuerdo de mi padre comentando en voz más baja a mi mamá, mientras cenábamos, que habían encontrado varios cadáveres en la tranquera de un campo próximo.Si bien era un pueblo tranquilo se sabía,también, que a los sindicalistas los llevaban detenidos a la comisaría, los tenían unos días, y luego los liberaban.Creo que era como un adoctrinamiento de obediencia o una advertencia para el resto.
Tenía diez años cuando festejamos el Mundial de fútbol de 1978, tengo presente haber acompañado a mi papá hasta la plaza del pueblo donde se festejó el desembarco argentino en las Islas Malvinas, así como el triunfo de Alfonsín y con él, el regreso de la democracia.Muchos ecos quedaron grabados en las diferentes plazas argentinas, muchos de ellos contradictorios como nuestra misma historia.
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