miércoles, febrero 27, 2008

Néstor García Canclini:"En América latina, la discusión es cómo reconstruir las sociedades para que sean más modernas"

En una entrevista realizada por Cecilia Scalisi para el diario La Nación, el filósofo Néstor García Canclini da por agotado el concepto de posmodernidad porque "aparece como un modo de elaborar los fracasos de la modernidad y cuestionar tendencias del pensamiento moderno y de los movimientos sociales y políticos de la modernidad que habían generado autoritarismos o formas de pensamiento único. Lo que el pensamiento posmoderno podía aportar en ese sentido ya lo ha dado".


Con respecto a las líneas de pensamiento sobre la globalización elige la que sostiene que en "la segunda mitad del siglo XX, derivado de las grandes transformaciones tecnológicas, los satélites y las computadoras, redes verdaderamente globalizadas han permitido una interdependencia de los países", frente a la línea que afirma que la globalización comenzó con el descubrimiento de América, a lo que García Canclini diferencia llamando internacionalización.

De este modo el concepto de globalización viene a superar a el de posmodernidad:"En la última década, al estudiarse mejor la complejidad y las contradicciones, ya no se habla de la globalización como de un actor fantasma, sino como de un proceso de interdependencia que reproduce asimetrías y desigualdades del pasado y que genera otras nuevas".


También sostiene que se ha globalizado :"El mercado financiero, los procesos de producción y competencia, las comunicaciones y la política, mediante la transferencia de las instancias de decisión a organismos internacionales, foros mundializados y redes de poder más misteriosas. Hay una globalización cultural, una tendencia a la estandarización. No una cultura global, que implicaría homogeneización".


Con respecto a los temas que preocupan actualmente en América Latina sostuvo que se plantea: "cómo reconstruir las sociedades para que sean más modernas, para que superen los procesos de desigualdad y descomposición generados por el modelo neoliberal de crecimiento sin desarrollo -que, en la Argentina, se impuso con la dictadura militar y el menemismo- y para que, a partir de esas condiciones, puedan insertarse más competitivamente en la globalización".


El filósofo sostiene que los procesos de descomposición se manifiesta en:" la globalización de las redes delictivas que trafican con drogas y armas. Otro son los cambios climáticos, que van a agravar la pobreza y a generar dificultades de supervivencia en varias regiones del planeta. El tercero es la expulsión masiva de inmigrantes y la intensificación de la interculturalidad. El cuarto son las confrontaciones entre el capitalismo occidental y los países islámicos, que tienen repercusiones sociopolíticas, culturales y bélicas". Procesos que se encuentran presentes en la Argentina.


Con respecto a las migraciones señala que sólo un tres por ciento de la población mundial ha emigrado, a pesar de ese dato existe la sensación de que "hay una enorme fluidez en las comunicaciones y los desplazamientos, a tal punto que algunos tienen la impresión de que toda la población está dispuesta a irse".Además considera necesario " tomar en cuenta las interdependencias entre las diferentes dimensiones sociales. Una política que sólo se ocupe de los aspectos sintomáticos de las migraciones va a acabar casi siempre en represión y no va a resolver problemas estructurales. En toda América latina no tenemos políticas sistemáticas de gestión de la salida de población. No hay una defensa sólida de los derechos de los migrantes y existen muy pocos programas de repatriación. Hay científicos que salen a hacer sus doctorados al extranjero y no pueden regresar porque no hay trabajo. No hay laboratorios ni bibliotecas apropiadas. En la Argentina, Brasil y México existen pequeños programas para recuperar a los científicos, pero son muy insuficientes".


También comparó a la ciudad de Buenos Aires con otras capitales latinoamericanas:"Buenos Aires fue una de las últimas grandes ciudades de América latina que mantenían un crecimiento moderado de población y transformación edilicia. Mantenía un orden y un aspecto más satisfactorios que casi todas las demás capitales latinoamericanas, porque había recibido menos migraciones. La región las había recibido, pero en el entorno suburbano. Ahora vemos mayor interacción entre la zona metropolitana y ese entorno. Hay otros cambios derivados de la especulación inmobiliaria, que ha generado crecimiento arquitectónico con pocas acciones de interés social, sin pensar en las necesidades habitacionales de la mayoría ni en la actualización de los servicios. Una de las manifestaciones de lo que no se ha atendido son las inundaciones, los cortes de luz, la deficiencia en los servicios. Aun con todo esto, si uno la compara con la ciudad de México o con Río de Janeiro, Buenos Aires no ha sufrido de la misma manera los procesos de descomposición de los que hablábamos. El nivel educativo y cultural histórico ha contribuido a la reactivación de los últimos años, aunque el desarrollo sociopolítico y la reestructuración del diseño urbano están rezagados si los comparamos con los de otras ciudades, como Bogotá y Medellín


Fuente:Lanación.com

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