Las cacerolas volvieron este año, en forma esporádica al principio del conflicto del sector agropecuario con el Gobierno nacional, para instalarse de forma contundente el pasado lunes en respuesta a tanta incertidumbre y a la sensación de estar frente a un conflicto interminable.
La crisis del año 2001 que provocó la renuncia del presidente Fernando De la Rúa estuvo marcada por el sonido de las cacerolas cuando eran golpeadas al grito del "Que se vayan todos".Era otro momento histórico al igual que las condiciones socio políticas del país cuando la mayoría de la gente pedía su renuncia.
Por otro lado el lunes quedó claro que las cacerolas son un instrumento válido, principalmente en los sectores medios, para peticionar ante los dirigentes.Despertaron para quedarse y aunque desde el Gobierno se los acuse de golpistas lo que se podía escuchar ,más a menudo,era "diálogo ya".El ruido de las cacerolas es un recurso legítimo: si los dirigentes están sordos hay que obligarlos a escuchar.
Además el ex presidente Néstor Kirchner dijo -ayer- que los cacerolazos no eran espontáneos: si bien muchos mails y mensajes de texto convocaban a realizarlos si no hubiera existido el malestar social la adhesión no se habría concretado.
Quizás con esto los políticos entiendan,de una vez por todas, que su función es de servicio a la sociedad que los votó y que los triunfos no son un cheque en blanco sino que la negociación permanente entre los diferentes sectores es la base de la democracia.
Y como de democracia se trata el Congreso comenzó a revivir y escuchamos por primera vez hablar al vicepresidente Julio Cobos abriendo la posibilidad de que sea en ese ámbito donde se diriman todas las diferencias al tiempo que permitan lograr consensos.
La tan conocida mayoría en ambas cámaras no es tal cuando el peronismo aparece fracturado -las alianzas ya comenzaron- y la presión de la gente sobre los legisladores es un detalle importante que no pasó desapercibido cuando la Presidenta recordó en su discurso el "escrache" que sufriera el diputado santafesino Agustín Rossi, frente a su casa.¿Temerán que los reclamos se trasladen de las rutas a las casas de los legisladores?.Esto posibilitaría debatir -a pesar del Poder Ejecutivo- y modificar la ley.Sería bueno que los cortes se levantaran para que el desabastecimiento no haga que el descontento social se vuelva en contra de los reclamos rurales.
Se abrió el juego y las piezas comenzaron a moverse: me pregunto ¿qué va a hacer Hugo Moyano cuando la presión de gremios opositores al Gobierno dentro de la CGT se haga sentir?
cacerolazos en Rosario
Cargado por cbeatriz1
La crisis del año 2001 que provocó la renuncia del presidente Fernando De la Rúa estuvo marcada por el sonido de las cacerolas cuando eran golpeadas al grito del "Que se vayan todos".Era otro momento histórico al igual que las condiciones socio políticas del país cuando la mayoría de la gente pedía su renuncia.
Por otro lado el lunes quedó claro que las cacerolas son un instrumento válido, principalmente en los sectores medios, para peticionar ante los dirigentes.Despertaron para quedarse y aunque desde el Gobierno se los acuse de golpistas lo que se podía escuchar ,más a menudo,era "diálogo ya".El ruido de las cacerolas es un recurso legítimo: si los dirigentes están sordos hay que obligarlos a escuchar.
Además el ex presidente Néstor Kirchner dijo -ayer- que los cacerolazos no eran espontáneos: si bien muchos mails y mensajes de texto convocaban a realizarlos si no hubiera existido el malestar social la adhesión no se habría concretado.
Quizás con esto los políticos entiendan,de una vez por todas, que su función es de servicio a la sociedad que los votó y que los triunfos no son un cheque en blanco sino que la negociación permanente entre los diferentes sectores es la base de la democracia.
Y como de democracia se trata el Congreso comenzó a revivir y escuchamos por primera vez hablar al vicepresidente Julio Cobos abriendo la posibilidad de que sea en ese ámbito donde se diriman todas las diferencias al tiempo que permitan lograr consensos.
La tan conocida mayoría en ambas cámaras no es tal cuando el peronismo aparece fracturado -las alianzas ya comenzaron- y la presión de la gente sobre los legisladores es un detalle importante que no pasó desapercibido cuando la Presidenta recordó en su discurso el "escrache" que sufriera el diputado santafesino Agustín Rossi, frente a su casa.¿Temerán que los reclamos se trasladen de las rutas a las casas de los legisladores?.Esto posibilitaría debatir -a pesar del Poder Ejecutivo- y modificar la ley.Sería bueno que los cortes se levantaran para que el desabastecimiento no haga que el descontento social se vuelva en contra de los reclamos rurales.
Se abrió el juego y las piezas comenzaron a moverse: me pregunto ¿qué va a hacer Hugo Moyano cuando la presión de gremios opositores al Gobierno dentro de la CGT se haga sentir?
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