La eutanasia o “buena muerte” se legalizó en Holanda en el año 2001, con posteriores reformas a la norma. Hoy el debate existe en todo el mundo ya que es un tema muy controvertido en el que la religión lo tiñe de ribetes moralistas, y también, por el temor de que la eutanasia se convierta en una herramienta utilizada indiscriminadamente cultura convirtiéndose en parte de una cultura de la muerte. Es por ello que conviene recordar en qué situaciones se aplica en Holanda:
El médico tiene que:
• haber llegado al convencimiento de que la solicitud del paciente es voluntaria y ha sido bien pensada ;
• haber llegado al convencimiento de que el sufrimiento del paciente es insoportable y que no tiene perspectivas de mejora;
• haber informado al paciente sobre la situación en que se encuentra y sus perspectivas de futuro;
• haber llegado al convencimiento junto con el paciente que en la situación en que se encuentra no existe otra solución razonable;
• haber consultado al menos con otro médico independiente que también haya visto al paciente y haya emitido un dictamen sobre los requisitos mencionados en los cuatro primeros puntos;
• haber terminado la vida del paciente o haber ayudado a su suicidio, con la máxima diligencia médica.
• Todo el procedimiento será controlado por una comisión médica, en caso de que se dude de la corrección del procedimiento se debe elevar al fiscal correspondiente, ya que existe una pena de 12 años, por el mal ejercicio de la eutanasia.
Es importante recalcar que la norma autoriza aplicar la eutanasia respondiendo a una declaración de voluntad del paciente, no se aceptan peticiones de personas depresivas y no se da lugar a todas las ellas. En el caso de los menores debe ajustarse a un protocolo muy estricto, pero existen organizaciones religiosas que consideran que es como legalizar el suicidio, y fomentar la cultura de la muerte, también aparece el temor a un exterminio planificado.
La ley incluye dos apartados especiales dedicados a los menores de edad y a las personas incapacitadas para hablar con el médico. Los primeros sólo podrán tomar la decisión de morir cuando alcancen entre 16 y 17 años y la opinión de sus padres será tenida en cuenta. Entre los 12 y los 16 años, sólo con el consentimiento de los progenitores se permitirá dicha práctica. Las peticiones escritas de eutanasia, por ejemplo en un testamento, servirán para enfermos en coma o incapacitados que hubieran expresado esa voluntad.
La eutanasia en niños menores de 12 años, modificada a partir del año 2002, permite que el médico de cabecera lo decida en los casos que considere que los menores padecen daños irreversibles y dolores insoportables. Deberá pedir la intervención y opinión de un segundo médico, y nunca se aceptará la petición de los padres para llevarla a cabo.Todo ello deberá ajustarse a un riguroso protocolo médico, dentro de los tres meses, el Estado se expedirá acerca de la corrección o no del procedimiento.
En una nota anterior publiqué lo vivido por Jorge León Escudero y un lector de Cultura + Iva escribió que:
• haber llegado al convencimiento de que la solicitud del paciente es voluntaria y ha sido bien pensada ;
• haber llegado al convencimiento de que el sufrimiento del paciente es insoportable y que no tiene perspectivas de mejora;
• haber informado al paciente sobre la situación en que se encuentra y sus perspectivas de futuro;
• haber llegado al convencimiento junto con el paciente que en la situación en que se encuentra no existe otra solución razonable;
• haber consultado al menos con otro médico independiente que también haya visto al paciente y haya emitido un dictamen sobre los requisitos mencionados en los cuatro primeros puntos;
• haber terminado la vida del paciente o haber ayudado a su suicidio, con la máxima diligencia médica.
• Todo el procedimiento será controlado por una comisión médica, en caso de que se dude de la corrección del procedimiento se debe elevar al fiscal correspondiente, ya que existe una pena de 12 años, por el mal ejercicio de la eutanasia.
Es importante recalcar que la norma autoriza aplicar la eutanasia respondiendo a una declaración de voluntad del paciente, no se aceptan peticiones de personas depresivas y no se da lugar a todas las ellas. En el caso de los menores debe ajustarse a un protocolo muy estricto, pero existen organizaciones religiosas que consideran que es como legalizar el suicidio, y fomentar la cultura de la muerte, también aparece el temor a un exterminio planificado.
La ley incluye dos apartados especiales dedicados a los menores de edad y a las personas incapacitadas para hablar con el médico. Los primeros sólo podrán tomar la decisión de morir cuando alcancen entre 16 y 17 años y la opinión de sus padres será tenida en cuenta. Entre los 12 y los 16 años, sólo con el consentimiento de los progenitores se permitirá dicha práctica. Las peticiones escritas de eutanasia, por ejemplo en un testamento, servirán para enfermos en coma o incapacitados que hubieran expresado esa voluntad.
La eutanasia en niños menores de 12 años, modificada a partir del año 2002, permite que el médico de cabecera lo decida en los casos que considere que los menores padecen daños irreversibles y dolores insoportables. Deberá pedir la intervención y opinión de un segundo médico, y nunca se aceptará la petición de los padres para llevarla a cabo.Todo ello deberá ajustarse a un riguroso protocolo médico, dentro de los tres meses, el Estado se expedirá acerca de la corrección o no del procedimiento.
En una nota anterior publiqué lo vivido por Jorge León Escudero y un lector de Cultura + Iva escribió que:
“Encuentro preocupante cómo, a través de ejemplos extremos, tratamos de legitimar lo cotidiano; la excepción intenta justificar la regla. En una sociedad que aún sufre por las heridas producidas por un Estado que en su momento decidía sobre la vida y la muerte de quienes consideraba opositores al régimen, surgen nuevas voces que intentan justificar, por motivos humanitarios, que existan personas que puedan decidir quien vive y quien no.”
Si bien coincido en que, muchas veces, los medios de comunicación intentan manipular a la opinión pública con casos extremos considero que los casos de eutanasia son todos singulares, por lo que deberán ser controlados estrictamente por el Estado para que no haya abusos ni discrecionalidad en cada uno de ellos. No me parecen comparables los genocidios llevados a cabo por diferentes regímenes, considero que no puede soslayarse la voluntad de quien padece una terrible agonía sin un horizonte de mejoría, en todo caso deberán tomarse todos los recaudos posibles para que no sea utilizada con liviandad.
Por todo ello, me parece importante señalar que cada quien es dueño de su vidsa, y que más allá de la voluntad del Estado o la Iglesia, se debe priorizar la voluntad del enfermo en el caso de los adultos y para los menores, establecer un control riguroso de parte del Estado.
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