Las siguientes son las palabras del ex ministro de economía Domingo Cavallo refiriéndose a la crisis de diciembre del 2001:Se podría haber realizado un ajuste ordenado, como lo intentamos en el segundo semestre de 2001. Esto requería apoyo del Congreso, de los gobernadores, de las legislaturas provinciales.
Debía reducirse el gasto público, había que reestructurar la deuda con el sistema bancario y, en general, con todos los acreedores internos y externos de la Argentina, el cambio de estrategia del FMI nos empujó hacia el abismo.
De la Rúa nunca tuvo intención de cargar sobre las espaldas del pueblo argentino este severo ajuste. En realidad aplicamos el ajuste a los sectores de privilegio; por eso, boicotearon al gobierno.
A los dirigentes argentinos, como Duhalde, Alfonsín, De la Rúa –por cierto-, Ruckauf, a los gobernadores, entre ellos al propio Kirchner, les dije, “si no nos unimos, ni perseveramos en la línea de producir un ajuste transparente y ordenado, nos impondrán otro ajuste brutal, sangriento y salvaje”.
[Vivió el 19 y 20 de diciembre de 2001] con mucho dolor, al advertir cómo aprovechaban la angustia de la gente que sufría en ese momento de crisis. Manipularon el dolor y la bronca para tomar el poder con muy malas intenciones.
Pino Solanas documenta en Memoria del saqueo las crisis del 2001 donde el corralito desató la movilización de la clase media que se sumó,en forma efímera, a obreros y desocupados en el reclamo de "QUE SE VAYAN TODOS".
La apatía de la clase media -frente al crecimiento de la desigualdad y el desempleo, la corruptela instalada descaradamente durante el gobierno de Menem sostenido en la ilusión de la convertibilidad-explotó en la violencia que lleva implícita dicha indiferencia.
Salieron las cacerolas e hicieron sentir un reclamo que se fue apaciguando, con el correr del tiempo, a medida que en los tribunales se apilaban expedientes reclamando la restitución de los ahorros.
La apatía de la clase media -frente al crecimiento de la desigualdad y el desempleo, la corruptela instalada descaradamente durante el gobierno de Menem sostenido en la ilusión de la convertibilidad-explotó en la violencia que lleva implícita dicha indiferencia.
Salieron las cacerolas e hicieron sentir un reclamo que se fue apaciguando, con el correr del tiempo, a medida que en los tribunales se apilaban expedientes reclamando la restitución de los ahorros.
A cinco años no sólo no se fueron sino que continúan en sus poltronas los mismos burócratas de siempre.Sólo un atisbo de crecimiento democrático pareció vislumbrarse en las últimas elecciones que espero sea el comienzo del cambio y no sólo una "Piña"al feudo de Rovira.
Post relacionado: Una Piña a Rovira en Misiones
Tags: crisis 2001,política,corralito,Argentina
No hay comentarios.:
Publicar un comentario