Termina otro año y comenzamos a planificar el siguiente,las fiestas, las vacaciones y numerosos dias a vivir, que inevitablemente a fin del año siguiente parecerán juntarse en un todo que pasará fugazmente, sin verlo, en rutinas, trabajos, en fin, momentos.-Qué rapido pasó el año! -decimos todos.
Y como de tiempo hablamos, hoy se cumplen cinco años de la caída de un Presidente en el que creí por necesidad...o desesperación sí, desesperación después de una década plagada de corrupción y pobreza: la fiesta menemista.Aquella fiesta de la que, a medida que pasaba el tiempo, eran menos los que participaban y cada vez más los que quedaban en la ruta manifestando porque habían perdido su trabajo:sí, los piqueteros.Ellos inauguraron una nueva forma de protesta, una marginal como su situación... indefinida, sin patrones a quien reclamar,reclamando a todo el que intentara cruzar su camino cumpliendo la rutina que ellos no tienen.
Hace cinco años del día en el que comenzó la cuenta regresiva, de los cinco presidentes en diez días, de los muertos que hoy no encuentran justicia porque sencillamente no existe en casos en los que la política necesita de la obsecuencia de Su Señoría. Los familiares aún esperan que se trate en el Congreso un proyecto de ley para indemnizarlos por sus muertos.La justicia sigue ciega en este país cuando la vida de los pobres o trabajadores vale 8000 pesos ,como en el caso del joven ,que por no tener estudios no puede proyectar un futuro promisorio de triunfo y dinero, por lo tanto, su vida vale sólo 8000 pesos.
No puedo evitar recordar la desolación de ese día negro por las muertes, por la incertidumbre, por los fantasmas donde lo único claro era que se vayan todos! y ¿adónde quedábamos nosotros, los que los votamos,?¿ en el estruendo de las bombas, en el repicar de las cacerolas, en los insultos y piedrazos, en las persianas bajas,en el desconcierto, en el golpear puertas de Bancos atrincherados, contra quién era la lucha? y ¿la autocrítica?, hoy avergüenza reconocer el voto a Menem.
El dos por uno que permitió los viajes al exterior, la compra de electrodomésticos y la idea de pertenencia al primer mundo de la ilusión nubló el entramado de exclusión y miseria que se tejía con cada nuevo ajuste que el FMI pedía a rajatabla.
Los desocupados era cada más visibles, ya no eran sólo piqueteros sino también profesionales que no encontraban su primer empleo o que ,simplemente ,lo perdían porque los trabajadores son siempre la variable de ajuste.La desocupación fruto de la flexibilización laboral trajo más explotación y precarización, a más horas de trabajo menos sueldo, a más capacitación menos oportunidades, a más ... menos.
A pesar de la desolación del día 19/2001, con el primer repicar de cacerolas que provenían de un balcón vecino vino el contagio repentino que me llevó hacia la calle pensando por fin! cómo pudimos soportar tanto! y me llené de esperanzas o de expectativas, nadie podía proyectar que podía resultar de esas manifestaciones espontáneas, de ese espíritu de asamblea que surgía, al tiempo que la mayoría gritaba que se vayan todos!; que si bien era poco viable en la práctica, no dejaba de ser auspiciosa esa búsqueda de renovación.
Los relojes del progreso no marcan un destino hacia adelante en la Argentina, hacia el futuro.Hay demasiados que esperan detenidos en la dádiva, en la prebenda, en la exclusión, para ellos no hay futuro mientras sigan existiendo políticos que utilicen el clientelismo político del más fuerte.
Adónde quedó la asamblea? en los expedientes que reclamaban la devolución de los ahorros? adónde la Justicia por los muertos en manos de los represores? en el corralito de la política? ¿adónde está la política, sólo en un set de televisión donde prevalecen las apariencias y no las ideas?¿Adónde quedamos ,nosotros, los ciudadanos?¿Adónde?. Tengo muchas preguntas ... sin respuestas.
¿Qué recordás de esos días?
Y como de tiempo hablamos, hoy se cumplen cinco años de la caída de un Presidente en el que creí por necesidad...o desesperación sí, desesperación después de una década plagada de corrupción y pobreza: la fiesta menemista.Aquella fiesta de la que, a medida que pasaba el tiempo, eran menos los que participaban y cada vez más los que quedaban en la ruta manifestando porque habían perdido su trabajo:sí, los piqueteros.Ellos inauguraron una nueva forma de protesta, una marginal como su situación... indefinida, sin patrones a quien reclamar,reclamando a todo el que intentara cruzar su camino cumpliendo la rutina que ellos no tienen.
Hace cinco años del día en el que comenzó la cuenta regresiva, de los cinco presidentes en diez días, de los muertos que hoy no encuentran justicia porque sencillamente no existe en casos en los que la política necesita de la obsecuencia de Su Señoría. Los familiares aún esperan que se trate en el Congreso un proyecto de ley para indemnizarlos por sus muertos.La justicia sigue ciega en este país cuando la vida de los pobres o trabajadores vale 8000 pesos ,como en el caso del joven ,que por no tener estudios no puede proyectar un futuro promisorio de triunfo y dinero, por lo tanto, su vida vale sólo 8000 pesos.
No puedo evitar recordar la desolación de ese día negro por las muertes, por la incertidumbre, por los fantasmas donde lo único claro era que se vayan todos! y ¿adónde quedábamos nosotros, los que los votamos,?¿ en el estruendo de las bombas, en el repicar de las cacerolas, en los insultos y piedrazos, en las persianas bajas,en el desconcierto, en el golpear puertas de Bancos atrincherados, contra quién era la lucha? y ¿la autocrítica?, hoy avergüenza reconocer el voto a Menem.
El dos por uno que permitió los viajes al exterior, la compra de electrodomésticos y la idea de pertenencia al primer mundo de la ilusión nubló el entramado de exclusión y miseria que se tejía con cada nuevo ajuste que el FMI pedía a rajatabla.
Los desocupados era cada más visibles, ya no eran sólo piqueteros sino también profesionales que no encontraban su primer empleo o que ,simplemente ,lo perdían porque los trabajadores son siempre la variable de ajuste.La desocupación fruto de la flexibilización laboral trajo más explotación y precarización, a más horas de trabajo menos sueldo, a más capacitación menos oportunidades, a más ... menos.
A pesar de la desolación del día 19/2001, con el primer repicar de cacerolas que provenían de un balcón vecino vino el contagio repentino que me llevó hacia la calle pensando por fin! cómo pudimos soportar tanto! y me llené de esperanzas o de expectativas, nadie podía proyectar que podía resultar de esas manifestaciones espontáneas, de ese espíritu de asamblea que surgía, al tiempo que la mayoría gritaba que se vayan todos!; que si bien era poco viable en la práctica, no dejaba de ser auspiciosa esa búsqueda de renovación.
Los relojes del progreso no marcan un destino hacia adelante en la Argentina, hacia el futuro.Hay demasiados que esperan detenidos en la dádiva, en la prebenda, en la exclusión, para ellos no hay futuro mientras sigan existiendo políticos que utilicen el clientelismo político del más fuerte.
Adónde quedó la asamblea? en los expedientes que reclamaban la devolución de los ahorros? adónde la Justicia por los muertos en manos de los represores? en el corralito de la política? ¿adónde está la política, sólo en un set de televisión donde prevalecen las apariencias y no las ideas?¿Adónde quedamos ,nosotros, los ciudadanos?¿Adónde?. Tengo muchas preguntas ... sin respuestas.
¿Qué recordás de esos días?
Tags: caída de De la Rúa, crisis 2001,política,Argentina
4 comentarios:
hOLA Claudia, como siempre, un magnífico artículo...
Aprovecho esta ocasión, para desearte felices fiestas, y que comiences muy bien el año nuevo.
Un abrazo
gracias, te deseo todo lo mejor para vos y los tuyos!
Que triste, pensar que el grito común era "que se vayan todos", al final, no se fue nadie.... la fiesta sigue...
coincido con vos mono Mario porque si bien hay algunos aciertos de este gobierno todavía falta una autocrítica ciudadana y , también, de los partidos políticos.
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