En la Argentina el trabajo infantil afecta a dos millones de chicos –de entre 5 y 14 años-. El 42% de los niños, niñas y adolescentes trabaja ayudando a sus padres. Además, entre el 10% y el 30% de las jóvenes que son secuestradas por redes de trata son menores de edad. En América Latina son víctimas de explotación sexual o laboral dos millones de niñas y adolescentes.extraído de En la Argentina no se cumple con los principios sobre la infancia
Esta foto es una postal que se repite a diario en nuestra ciudad.Niños ayudando a su padre a juntar cartones para sobrevivir.Muchos asentamientos irregulares son habitados,entre otros, por chaqueños que vienen en busca de "algo" para sobrevivir cuando son expulsados del campo, porque ya no hay trabajo como recolectores de algodón, desde que la siembra directa de soja ha monopolizado los campos argentinos.
En el documental "Hambre de soja" se sostiene que muchos comedores comunitarios utilizan la "bendita soja" para evitar la desnutrición siendo que,en realidad, según especialistas, la desnutrición también es provocada por el consumo de la oleaginosa que quita el calcio y vitaminas del organismo y llega directamente del campo sin controles que eliminen los pesticidas;siendo sumamente riesgoso en niños menores de cinco años.
La soja se está robando el futuro de muchos argentinos, el de quienes deben emigrar por falta de trabajo, el del suelo agotado por la falta de rotación de cultivos que permite que conserve sus nutrientes y por lo tanto, su futuro rinde, y el de la población afectada por el uso de glifosato.
El conflicto agropecuario no terminó, queda por discutir qué tipo de país queremos.Mucho se dijo durante el conflicto, y los pobres aparecieron como argumentos para sendos sectores opuestos,pero están y seguirán siendo olvidados si no se discute seriamente qué modelo es el más viable para nuestro país cuando el precio de la soja bajó debido al éxito de la cosecha norteamericana y ,en algún momento, los suelos queden agotados.Cuando el negocio ya no sea lucrativo , tal vez, resulte demasiado tarde.
El modelo de la soja transgénica que nos transformó en el segundo país exportador después de EE.UU aniquila a otros rubros de la agricultura y ganadería por ser menos rentables.Otra consecuencia de la sojización (2006):en Las Petacas, pequeña localidad de Santa Fe, niños banderilleros son fumigados con glifosato desde la avioneta que todo lo cubre, hasta quitarles su salud, a lo que, en dicho año, el Gobierno santafesino respondió no tener suficientes inspectores para controlar.
Hoy, somos el segundo exportador de soja para el consumo de cerdos del "primer mundo" al tiempo que alimentamos con la misma oleaginosa a nuestros niños pobres condenados a la desnutrición y, por ende, a un escaso desarrollo intelectual cerrando el círculo del que los pobres no pueden salir.Qué paradoja! nuestros niños pobres comen como los animales del primer mundo.
En el documental "Hambre de soja" se sostiene que muchos comedores comunitarios utilizan la "bendita soja" para evitar la desnutrición siendo que,en realidad, según especialistas, la desnutrición también es provocada por el consumo de la oleaginosa que quita el calcio y vitaminas del organismo y llega directamente del campo sin controles que eliminen los pesticidas;siendo sumamente riesgoso en niños menores de cinco años.
La soja se está robando el futuro de muchos argentinos, el de quienes deben emigrar por falta de trabajo, el del suelo agotado por la falta de rotación de cultivos que permite que conserve sus nutrientes y por lo tanto, su futuro rinde, y el de la población afectada por el uso de glifosato.
El conflicto agropecuario no terminó, queda por discutir qué tipo de país queremos.Mucho se dijo durante el conflicto, y los pobres aparecieron como argumentos para sendos sectores opuestos,pero están y seguirán siendo olvidados si no se discute seriamente qué modelo es el más viable para nuestro país cuando el precio de la soja bajó debido al éxito de la cosecha norteamericana y ,en algún momento, los suelos queden agotados.Cuando el negocio ya no sea lucrativo , tal vez, resulte demasiado tarde.
El modelo de la soja transgénica que nos transformó en el segundo país exportador después de EE.UU aniquila a otros rubros de la agricultura y ganadería por ser menos rentables.Otra consecuencia de la sojización (2006):en Las Petacas, pequeña localidad de Santa Fe, niños banderilleros son fumigados con glifosato desde la avioneta que todo lo cubre, hasta quitarles su salud, a lo que, en dicho año, el Gobierno santafesino respondió no tener suficientes inspectores para controlar.
Hoy, somos el segundo exportador de soja para el consumo de cerdos del "primer mundo" al tiempo que alimentamos con la misma oleaginosa a nuestros niños pobres condenados a la desnutrición y, por ende, a un escaso desarrollo intelectual cerrando el círculo del que los pobres no pueden salir.Qué paradoja! nuestros niños pobres comen como los animales del primer mundo.
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