Ayer leí en la contratapa de Página 12 un excelente artículo de Sandra Russo quien recordaba su estadía en Cuba.Desde su perspectiva de "pequeñaburguesa" (así se describe) planteó que si bien en la pequeña isla falta la libertad no suceden hechos como en Argentina donde vivimos en democracia.Aquí si bien tenemos libertad de expresión, tenemos niños muertos por desnutrición,falta de asistencia médica, analfabetismo, entonces la periodista plantea si lo que viven los cubanos ... ¿No son acaso otras formas de la libertad?.
Cada vez que Fidel Castro visita nuestro país me pregunto qué representa para la gente que lo aplaude imbuído de un folklore casi anacrónico donde los íconos aparecen desgastos por la historia y por el peso de la dictadura ineludible.¿Muchos de quienes lo aplauden enfáticamente podrían vivir en Cuba?
Sin duda ningún sistema de gobierno guarda en sí mismo la perfección pero ambos sistemas,cada uno en lo suyo, conllevan genes que pueden ser los mismos que ocasionen sus transformaciones por el tipo de violencia implícita.¿Hasta que punto tenemos democracia en Argentina si el 40 % de la población está marginada y sin oportunidades?, ¿de qué democracia participan los excluídos? ,¿de qué tipo de libertad de expresión hablamos cuando el Estado argentino manipula a los grandes medios con la pauta publicitaria?; si bien tener las necesidades básicas es prioritario, resulta vital también, la libertad política.
En definitiva, creo que la libertad sólo se puede vivir si existen los recursos para ejercerla y por lo tanto como ningún sistema es ideal en sí mismo, tal vez, sólo las crisis de ambos confluyan en un lugar donde la equidad marque su rumbo ya que son dos sistemas hegemonizados: en Argentina(el congreso está neutralizado) todo está supeditado a la economía y en Cuba, el control político es primordial. Por otro lado resulta lamentable ver cómo los cubanos exiliados festejan la enfermedad de Castro, pero ello demuestra, cómo la violencia finalmente genera más violencia, seguramente no son gratos los recuerdos de la vida en su país.Actualmente quien no está a favor del presidente Kirchner, en Argentina, y de Fidel Castro, en Cuba son considerados enemigos, síntoma de poderes hegemónicos.
Cada vez que Fidel Castro visita nuestro país me pregunto qué representa para la gente que lo aplaude imbuído de un folklore casi anacrónico donde los íconos aparecen desgastos por la historia y por el peso de la dictadura ineludible.¿Muchos de quienes lo aplauden enfáticamente podrían vivir en Cuba? Sin duda ningún sistema de gobierno guarda en sí mismo la perfección pero ambos sistemas,cada uno en lo suyo, conllevan genes que pueden ser los mismos que ocasionen sus transformaciones por el tipo de violencia implícita.¿Hasta que punto tenemos democracia en Argentina si el 40 % de la población está marginada y sin oportunidades?, ¿de qué democracia participan los excluídos? ,¿de qué tipo de libertad de expresión hablamos cuando el Estado argentino manipula a los grandes medios con la pauta publicitaria?; si bien tener las necesidades básicas es prioritario, resulta vital también, la libertad política.
En definitiva, creo que la libertad sólo se puede vivir si existen los recursos para ejercerla y por lo tanto como ningún sistema es ideal en sí mismo, tal vez, sólo las crisis de ambos confluyan en un lugar donde la equidad marque su rumbo ya que son dos sistemas hegemonizados: en Argentina(el congreso está neutralizado) todo está supeditado a la economía y en Cuba, el control político es primordial. Por otro lado resulta lamentable ver cómo los cubanos exiliados festejan la enfermedad de Castro, pero ello demuestra, cómo la violencia finalmente genera más violencia, seguramente no son gratos los recuerdos de la vida en su país.Actualmente quien no está a favor del presidente Kirchner, en Argentina, y de Fidel Castro, en Cuba son considerados enemigos, síntoma de poderes hegemónicos.
Cabe señalar que ante el incierto desenlace de la vida política de Cuba, intelectuales del mundo firmaron el documento "La soberanía de CUBA debe ser respetada" para exigirle a EE.UU la no injerencia en la isla; el mismo lleva la rúbrica de varios premios NOBEL como José Saramago, Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, entre otros.
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