Nacía Mauricio Borensztein, el actor cómico de la Nación, que durante años trató de abrirles la cabeza a miles de argentinos que lo seguían a sol y a sombra. Perseguido y prohibido, Tato hizo películas humorísticas junto a Alberto Olmedo, Jorge Porcel y las mujeres de moda de los años 50 y 60. Pero lo suyo siempre fueron los monólogos, una escupitada de palabras llenas de sentido y 
profundidad que estudiaba de memoria y repetía sin parar subido a sus patines, con su frac, los lentes de marco grueso, su peluca desflecada y un habano. En cada programa fingía hablar con el presidente, fuese quien fuese, para transformar la realidad muchas veces trágica en un sín fin de disparates.Los primeros pasos en el humor político los dio luego de la caída de Juan Domingo Perón. Desde aquel 1957 cuando debutó por Canal 7 en Caras y Caretas, deja su huella con sus monólogos con desparpajo, sutileza y sofisticación.
Se fue jóven hace ya diez años, con tan solo 69 años y con una lucidez impresionante.
Al maestro con cariño le dedicamos su día.
Después de su muerte, muchos actores, libretistas, cantantes y personajes argentinos reconocidos le realizaron un homenaje dirigidos por uno de sus hijos, Sebastián Boresztein, en donde la Argentina había desaparecido y lograban reconstruir el pasado con archivos y datos aportados en los diferentes programas del genial Tato.
¿Qué le pasó a la Argentina?, sólo él podía abrirnos los ojos con tanta claridad y humor.
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