LA CALAMITA... por donde pasó la plaga

Por Pablo Andrés Donadello

La CALAMITA es un lugar en Granadero Baigorria pegadito a Rosario, a 15 minutos del centro. La edificación es conocida como “La Calamita” por el apellido de unos antiguos propietarios de origen italiano.
Calamitá significaría en español = calamidad una palabra que fue tomada en 1490 del latín “calamitas-atis”. Significa “PLAGA”.

Una plaga fueron realmente la banda de delincuentes comunes que se apropió del gobierno nacional en 1976 con el propósito de arrasar con los brotes nuevos, con la gente joven que venía con ideas nuevas y frescas. El objetivo del proceso militar fue cumplido: fondear la economía argentina tal como hoy la vemos y matar a quienes se opongan. ¿Por cuántos dólares habrán hecho el trabajo sucio?

LOS VIEJOS VINAGRES
El problema de Argentina, el malestar que uno percibe en forma constante se debe a una sola cosa: hay muchos delincuentes sueltos. Pero no se trata de arrebatadores ni de ladrones de pasacasettes, se trata de asesinos. Nuestro verdadero problema es que todos los que violaron, secuestraron, torturaron y mataron están sueltos, viviendo graciosamente de un sueldo o una pensión (elevada) que le pagamos todos mes a mes con nuestros impuestos.
Esos personajes pasaron a engrosar las filas de nuestra reserva inmoral nacional y hoy muchos forman parte –algunos incluso como candidatos- del padrón electoral de la democracia que pisotearon con botas sucias de sangre 30 años atrás.

UN VECINO NUESTRO
Viejo y borracho toma en un bar. Mató y vive en libertad para contarlo. Vomita. Es parte de él. Se intruyó para la guerra y terminó violando adolescentes del barrio, torturando a escolares indefensos que sólo querían pagar medio boleto para poder ir a estudiar.

Desvalijó sus casas como un delincuente común usando camiones del Estado. Se supo que una vez hasta secuestró y vendió un bebé.
Cuando la verdadera guerra le jugó un mano a mano, se cagó y hasta se hizo pis encima. Allí descubrió que era un cobarde que sólo sabía matar personas indefensas fuera de la ley, a escondidas, en cumplimiento de designios e intereses ajenos al país.
Nadie duda que haya usado la bandera de trapo de piso para limpiarse la sangre de sus propios conciudadanos por él asesinados.
La cobardía, la infamia, la inmoralidad y la traición caracterizaron aquel deshonroso proceder durante los años que duró aquel proceso destructor. Uno y otro político sin-vergüenza lo dejaron impunemente libre para que ni la patria ni Dios le demanden nada.
Ahora es un viejo borracho arruinado. Sus nietos no lo quieren visitar porque se asustan. Sólo les inspira ganas de que se muera pronto. Viejo y solo, como lo que es: un asesino, un fantasma del pasado al que no hay que olvidar.

De las 30.000 personas desaparecidas y/o asesinadas unas 9000 figuran en el informe de la CoNaDeP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) que encabezaba Ernesto Sábato cuando Alfonsín era presidente

EJERCICIO DE CONCIENCIA:
Mire sus ojos

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Esta gente no fue extra de una película de terror en un film crudo y desgarrador. Mucho peor. Son desaparecidos. Personas asesinadas por elementos criminales que aún hoy están libres. Esto pasó hace pocos años a la vuelta de su casa, en una esquina de su barrio y en la calle por donde camina cada día.